El senador Marco Rubio asomó en San José con un fardo de adulaciones y chantajes para el Presidente Luis Guillermo Solís y el Mandatario electoCarlos Alvarado.
Utilizando como excusa la entrega de naves para los servicios de Guardacostas y vigilancia aérea del país, se presenta como el principal vocero de Estados Unidos para América Latina, y como promotor de las políticas del Departamento de Estado en la región.
En una gestión antojadiza que más parece la usurpación de funciones del Departamento de Estado, este cernícalo impulsor de la práctica intervencionista de las aves de rapiña de Washington, viene a fomentar la estela terrorista con la que han empañado el clima político regional y atizar el conflicto, desestabilizar y extender la hostilidad, contra naciones soberanas y gobiernos legítimos.
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